Las fiestas de Getafe
Estamos de fiestas en Getafe, aunque en esta ocasión hayan estado acompañadas de la campaña electoral y las elecciones. Las fiestas son días para disfrutar pero sobre todo para pasar buenos ratos con nuestros vecinos.
Unas fiestas que por cierto empezaron con el barrio de San Isidro, que este año por fin, pudieron celebrarse sin que desde el Ayuntamiento las intentaran boicotear. En pocas semanas llegan las del resto de barrios, con menos recursos pero igual de alegres, gracias a la participación de asociaciones y vecinos que se ponen al frente.
Desde la Bajada de la Virgen hasta los fuegos artificiales que disfrutaremos mañana en los lagos, Getafe rebosa más vida y júbilo estos días. Ayuda a ello el calor y el buen tiempo, que ha animado además a mucha gente a acercarse al recinto ferial.
Un recinto plagado de casetas de asociaciones y organizaciones que convierten las fiestas en un auténtico encuentro entre familias y amigos. Porque en Getafe no podemos identificarnos únicamente con grandes artistas y sus conciertos, debemos además responder a lo que se espera de un pueblo que poco a poco se ha ido convirtiendo en ciudad, cercanía y trabajo.
Por ello hasta los partidos políticos tenemos nuestro espacio en las fiestas. En el caso particular del PSOE con el esfuerzo de todos. Son nuestros afiliados y simpatizantes quienes se ponen de cara al público para ofrecer los servicios que se espera de ellos. Puede que no seamos los mejores camareros y cocineros, pero a implicación no nos gana nadie.
Qué recuerdos de tantas y tantas fiesta de Getafe.
Casi que podríamos identificar las diferentes etapas de nuestra vida en torno a las fiestas. Desde los primeros años en los que íbamos acompañados por nuestros padres, pasando por la adolescencia donde ya queríamos volar libres, la época adulta y espero que también la vejez.
Getafe es una ciudad de gente trabajadora, y sus fiestas el reflejo de la ilusión y la participación de todos los colectivos que juntos conformamos una identidad. No se trata de bailar más que nadie, ni mucho menos de beber y comer hasta perder el sentido, han sido y seguirán siendo días para sonreír, para charlar, para compartir que un Getafe alegre y orgulloso de sí mismo sigue siendo posible.